domingo, 17 de octubre de 2010

Anoche me encontraba con unos papeles del año 1934. Papeles viejos, frágiles y amarillentos.
Recortando la figura de "un caballito" me pareció todo una ridiculez cuando se partió, en una de sus patas traseras a la altura del tobillo, dejandome una figura minúscula.
Pensé: "¿Que pasa, conmigo? , ¿Que estoy haciendo? , ¿Que hago con todo esto?
-puta madre, cuanta incertidumbre.
No me animé todavía, como el personaje de la película que para cambiar radicalmente su vida, prendía fuego a su casa, a sus cosas y su vida pasada.
Desde aquella madrugada del 12 de mayo del 78, donde cambiaría mi vida para siempre, hasta el día de la fecha, simplemente, no me animé a prender fuego mi casa, mis cosas, y mi vida pasada .

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