jueves, 30 de septiembre de 2010

 
Todas las clases son hoy día tan sumamente sensibles que, al leer cualquier cosa en un libro, se creen aludidas; esta sensibilidad toma caracteres de epidemia. Basta decir que en determinado pueblo, vive un hombre estúpido: es una alusión personal: un caballero de aspecto respetable se nos plantará delante, gritando: "¡Pues yo también soy hombre, y parece que soy estúpido!"; en fin, no tarda en hacerse cargo de lo que se ha querido decir.
  N. G

miércoles, 29 de septiembre de 2010



"¡Dios mío!", pensó T , "las mujeres son... son un enigma..."  Aquí hizo un ademán de desesperación. "No, es inútil. Vaya a interpretar las expreciones que se reflejan fugazmente en sus rostros, todas las simulaciones, las indirectas...  Imposible describirlo. ¡Sus solos ojos son abismos insondables que explora el hombre y en que se pierde irremediablemente! No hay manera de salvarle, por mucho que se esfuerce.  Vaya a describir por ejemplo, el brillo de esos ojos: meloso, aterciopelado, lleno de dulzura y de qué sé yo que más; cruel y tierno y algo amartelado también o, como dicen algunos, voluptuoso, o no voluptuoso, pero especialmente cuando voluptuoso...y cautiva el corazón y arranca dulce música del alma, como la arranca el arco del violín. No, no hay palabras: son la fine fleur de la humanidad, y no hay más."
                                                                                            
La carta comenzaba resueltamente con las siguientes palabras: "¡Sí, me es preciso escribirle!" Seguía algo sobre la afinidad misteriosa de las almas, confirmando esta expresión medio renglón de puntos suspensivos. Luego había algunas reflexiones tan notables por lo acertadas, que creemos necesario citarlas: "¿Que es nuestra vida? Un valle de lagrimas en que mora el dolor. ¿Que es el mundo? La muchedumbre de los insensibles." Despues la autora afirmaba que estaba rociando de lágrimas los renglones, lágrimas vertidas a la memoria de una madre tierna que hacía veinticinco años había abandonado esta existencia terrenal.
                                                                                                                       N gogol.

lunes, 27 de septiembre de 2010



EL CACHAFAZ

Del tango es ladero desde pichibirlo
y toda su vida no es mas que un gotán.
Tirando la daga dio cortes de estilo
como si estuviera bailando bacán
.
Y si estuvo en cana, o arrancó las minas,
fué causa de un tango fulero o triunfal.
A veces, por tangos, el buyón se estira
y a veces, por otros, se queda forfai.

Yo creo, si el dia de entregar la rosca
le dieran la gracia de lo que pidiera,
el Cacha, sin duda que elige, de bronca
a la vida, un tango con una tanguera.

                                    C. de la Púa.

AMASIJO HABITUAL

La durmio de un cachote, gargajeó de colmiyo,
se arregló la melena, y pitandose un faso
salio de la atorranta pieza del conventiyo...
y silvando bajito rumbió pal escolaso.
                              
                                    C. de la Púa.