Todas las clases son hoy día tan sumamente sensibles que, al leer cualquier cosa en un libro, se creen aludidas; esta sensibilidad toma caracteres de epidemia. Basta decir que en determinado pueblo, vive un hombre estúpido: es una alusión personal: un caballero de aspecto respetable se nos plantará delante, gritando: "¡Pues yo también soy hombre, y parece que soy estúpido!"; en fin, no tarda en hacerse cargo de lo que se ha querido decir.
N. G
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